Cotaxtla, Ver.- El ocelote y tigrillo son felinos de cuerpo alargado y robusto, con orejas erectas de punta redondeada. Aunque son especies muy parecidas entre sí se distinguen básicamente por su tamaño, siendo el ocelote mayor (de hecho, el tigrillo es el felino más pequeño en México). Sin embargo, el tigrillo posee una cola más larga con respecto a su tamaño.
Aunque en ambos casos el dorso es gris mate o amarillo pálido, el ocelote se diferencia por presentar manchas alargadas de color café oscuro con el borde negro en dorso, hombros y cuello, además de pequeñas marcas negras en el vientre y las patas. Por su parte, las manchas del tigrillo son café oscuro o negro que cubren la mayor parte del cuerpo y forman anillos en la cola que termina en una punta negra.
Ambas especies habitan en zonas tropicales con cobertura vegetal densa, incluyendo selvas y matorrales caducifolios, vegetación que cubre vastas extensiones en la costa del Pacífico tropical mexicano. Son de hábitos nocturnos con características arborícolas (principalmente el tigrillo), alimentándose básicamente de aves y pequeños mamíferos, así como de reptiles.
La distribución de ambas especies es amplia en las costas de México, incluyendo al estado de Oaxaca. Para el caso del ocelote se ha determinado que la subespecie Leopardus pardalis pardalis es la que habita desde la porción sur de la costa de Oaxaca y norte de Veracruz hasta la frontera entre Honduras y Nicaragua, mientras que Leopardus wiedii oaxacensis es la subespecie de tigrillo en la región.
Aunque los mapas de distribución indiquen que los ocelotes pueden encontrarse en amplias porciones desde América del Norte hasta América del Sur, realmente ocupan rangos más estrechos de microhábitat con densa cobertura vegetal. De manera particular, se ha documentado la cada vez más restringida distribución de esta especie en el sur de los Estados Unidos.
La modificación del hábitat, como consecuencia de la destrucción de las selvas, y la cacería ilegal, han llevado a estas dos especies a una reducción en sus poblaciones, al grado de considerar al ocelote en peligro de extinción y al tigrillo en riesgo. El manto del ocelote es de los más apreciados en el mercado de pieles, lo que ha provocado extirpaciones en gran parte de su zona de distribución.
Una de las causas de muerte poco estudiadas para todos los animales en general es el atropellamiento en carreteras. Dado que éstas pueden construirse dentro de los territorios de algunos animales, es común encontrase con ejemplares de varias especies cruzándolas.
Ocasionalmente se encuentran animales atropellados en las carreteras de la costa de Oaxaca que conectan a la ciudad de Pochutla con los poblados de Puerto Ángel y Bahías de Huatulco, en Oaxaca; por ello, es común encontrar restos de tlacuaches (Didelphis virginiana), coatís (Nasua narica), zorrillos (Conepatus mesoleucus), armadillos (Dasypus novemcinctus) iguanas (Ctenosauria pectinata) y sapos (Bufo marinus).
Incluso, de manera extraordinaria se han encontrado atropellados ejemplares de boa (Boa constrictor), oso hormiguero (Tamandua mexicana) y jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi).
Nota:
La tarde del martes 6 de Septiembre del 2022, a través de los grupos de WhasApp de la región de Cotaxtla, así como en la pagina Noticias de Cotaxtla, se dió a conocer sobre al avistamiento de lo que aparentemente podría ser un Ocelote (Leopardus pardalis) o Tigrillo (Leopardus wiedii). El cuál presentaba algunas lesiones producto de un atropellamiento, el cual por fortuna no le provoco la muerte, sin embargo, escapo sin saber a ciencia la gravedad del golpe.
El hecho se suscito sobre la carretera que va de la localidad de El Moralito a la cabecera municipal de Cotaxtla, a la altura de la entrada que desvía hacia la localidad de las Limas perteneciente al mismo municipio. Casi en frente de donde se ubica un Guayacán, el cual actualmente no se encuentra en floración.
En este tramo carretero, se ha dado el avistamiento de otros ejemplares como venados, armadillos, así como hace algunos meses, una Tamandúa Mexicana, los cuales recorren los llanos del municipio en búsqueda de comida o como parte de su supervivencia.
El llamado que se le hace a la población es cuidar a este tipo fauna, ya que forman parte de un habitat, de nuestro ecosistema natural. Ha decir de ambos ejemplares, Ocelote o Tigrillo, son animales que se encuentran en peligro de extinción.
Datos a contemplar
Los ocelotes deben moverse grandes distancias para ampliar su hábitat que le garantice su sobrevivencia, es común que se vean obligados a cruzar carreteras. En el sur de Texas se ha estimado la tasa de mortalidad anual en un 29%, siendo la mayor causa de muerte, conocida o sospechada, el atropellamiento por parte de automóviles.
A través de la fauna atropellada puede recuperarse información biológica importante, como la relacionada con la distribución, actividad reproductiva y hábitos alimenticios de las especies que mueren en las carreteras, lo cual puede ayudar a determinar el impacto ambiental causado por las carreteras (en México no existen trabajos formales que evalúen dicho impacto). De igual manera, los ejemplares rescatados complementan los inventarios faunísticos y proveen de material biológico a las colecciones científicas.
A pesar de que el ocelote y el tigrillo son especies muy conocidas en la zona, cuyos encuentros son relativamente comunes entre los lugareños, no existen registros puntuales de estos; por consiguiente, es muy pobre la información documentada que permita establecer alguna estimación de la abundancia de estas especies en la costa de Oaxaca. Para el caso particular de ocelote, se ha descrito como una especie difícil de estudiar en campo.
Por ello las estimaciones del tamaño de sus poblaciones presentan retos difíciles de superar, a pesar del seguimiento de rastros o empleo de la telemetría. Se ha comprobado que el análisis del patrón de manchas de ocelotes en libertad, mediante el empleo de fotografías, puede complementarse con los métodos estadísticos de captura-recaptura para estimar la densidad poblacional.
Este tipo de registros fotográficos podría complementarse con los obtenidos a partir de ejemplares observados o atropellados en las carreteras, a fin de determinar las principales zonas de tránsito de estos felinos.
Esto ayudaría a comprender la dinámica ecológica de algunos individuos (como patrones de movimiento) y permitiría aplicar medidas de protección más efectivas que simplemente colocar señalamientos en las carreteras, bajo la consideración de que las redes carreteras están en constante crecimiento, lo cual provoca la fragmentación de hábitats en zonas rurales.
Fuente: Universidad del Mar
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